La Bella y La Bestia
1983
De Luis González Carreño, Antonia Bueno y Agustín Iglesias.
Un espectáculo de máscaras, sin diálogos, a partir del cuento popular del mismo título al que se añadieron otros relatos de cuentos populares maravillosos, como la Historia de Marmolillo y el Príncipe Sapo. Una propuesta escénica basada en el teatro de imágenes, donde los personajes son arquetipos, entre la tragedia mediterránea y la ciencia ficción. Flash Gordon y el Minotauro en una síntesis onírica donde conviven extraños seres en un territorio post-apocalíptico de fuego, tierra y trueno. El jazz y la tercera Sinfonía de Mahler fueron las estructuras musicales sobre las que se desarrollaron las acciones dramáticas del espectáculo. En La Bella y la Bestia el trabajo de matices fue sustituido fundamentalmente por el de contrastes, apoyándonos en el trabajo gestual de los actores y las actrices con las máscaras y la plástica escénica.